viernes, 29 de septiembre de 2017

CAMINO DE VUELTA: PÓKER DE KODAK VISION SÚPER-8

La confianza en el Súper-8 del grupo musical "Pleasant Dreams" se inicia con "Próxima parada", en 2012, íntegramente filmado con todo tipo de emulsiones inversibles por el director y realizador televisivo Marc Martí. 
Posteriormente, le llegaría el turno a su tema "La noche de San Juan",  que filmé íntegramente usando la película Kodak Vision 500, y espectacular montaje de Marc Martí.  Los asombrosos resultados conseguidos,  incluso en condiciones de luz de Luna,  no pasaron desapercibidos en Kodak, quien, en su momento, nos pidió permiso para subir el cine clip en sus redes sociales de Estados Unidos: en un santiamén, este cortometraje fue visionado por la friolera de 100.000 espectadores, alguno de ellos personalidades tan notables como J.J.Abrams o Steven Spielberg. Del interés de Kodak por "La noche de San Juan" se hizo eco el diario coruñés "La Opinión":
http://ocio.laopinioncoruna.es/agenda/noticias/nws-312240-a-kodak-le-gusta-noche-san-juan.html
CAMINO DE VUELTA
Sí con "La noche de San Juan" el reto fue llevar la Kodak Vision 500, en Súper-8, hasta registros fílmicos nunca antes logrados, para este nuevo clip musical, "Camino de vuelta", también de "Pleasant Dreams", el experimento consistía en emplear toda la gama Kodak Vision de Súper-8: la 50, la 200 y la 500, en un mismo cortometraje, con el añadido, además, de que uno de los rollos de Vision 200 ¡será sub revelado un diafragma! 
El objetivo técnico es ver si la Vision 200 sub revelada un diafragma supera en definición e inferior grano a la Vision 50. Por añadidura, este clip musical contiene hasta alguna secuencia submarina ¡en súper-8! (técnica ya experimentada con éxito, incluso con anamorfosis,  en otros trabajos previos)
UN RODAJE DE GUERRILLA
Los opus en Súper-8 siempre me gusta decir que son, para uno, trabajos penitenciales, en los que el autor debe hacer de todo, desde el guión, el story board, la decoración, la filmación y, si es un documental, ¡hasta la locución! Todo ello, sin margen al error, sin ver lo que se filma y a toma única, sin desperdiciar película, pues, en argéntico, cada fotograma cuesta dinero. 
Para el clip musical "Camino de vuelta" pude contar con dos guapas estudiantes, la encantadora pelirroja de aspecto escocés Paula (que, como el mundo es un pañuelo, resultó que su familia era amiga de la mía) y la preciosa morena de aspecto latino Laura: las dos contactadas a través del Facebook "Castings Coruña", que recomiendo sinceramente no sólo a todos los profesionales del sector audiovisual, sino a los simples interesados en este mundo.
Para la foto-fija (suyas son las fotografías que ilustran esta entrada), y el "cómo se hizo" -making of- (en digital) pude contar con ese excelente profesional que es Marcos Fernández Eimil, el proyeccionista de película vivo que ha trabajado en mas cines y plazas de toda la provincia coruñesa. 
LA TRAMA
Este clip musical está concebido para, cuando se suba a Vimeo, sea visto en continuo (loop): mientras se oye el ruido de un proyector de cine Heurtier, Laura, desde su coche, mira para la playa de Arenal da Lagoa (As Lapas), a los pies del bimilenario faro de la Torre de Hércules en La Coruña, playa que filma con su icónico tomavistas Bolex 160. 
Decide ir a buscar a su compañera de trabajo Paula a INDITEX para aprovechar en esa playa la última jornada del verano que finaliza. Ya juntas, se filman en Súper-8, se toman fotografías Fujifilm Instax tipo Polaroid (con la Fujifilm NeoClassic 90) y Paula ¡hasta se baña y bucea!
Aun en la playa, a Laura se le acaba el rollo de película que extrae del tomavistas e introduce en el sobre de Kodak para su revelado y, posteriormente, deposita en un buzón. 
Una semana después, en la oficina de ambas, el sobre hizo su CAMINO DE VUELTA, recogiéndolo Paula de la bandeja del correo: feliz, le pasa la bobina a Laura que pone en marcha el proyector Heurtier y en la pantalla ¡aparece la imagen de la película que comienza con la primera escena del clip musical! con el ruido del proyector. Con esa imagen, el clip vuelve a comenzar... 
LA EPOPEYA DE RODAR EN SÚPER-8.
En esta ocasión, no introduje la película en mis queridos cartuchos de Single-8 (sistema que permite ver si la película corre o no), sino que fue filmado directamente en los propios kodakpacks de Súper-8. Casi todo el metraje se encuentra filmado con la Bauer A512 con el Schneider 6-70 mm, excepto la escenas acuáticas, con la Eumig Naútica. 
Emulsiones: nada menos que ¡todo el portafolio negativo de Kodak!, en formato académico. 
Rodar en Súper-8 es trabajar a ciegas, como tantas veces se ha escrito en esta bitácora, puesto que, además de que todos los controles de la cámara son manuales, no hay forma de saber con certeza si la película avanza o no: ¡y uno de cada X cartuchos suele fallar! Los resultados no se ven hasta que la película sale del laboratorio: son tantas las cosas que  pueden ir mal que es mejor no pensarlo. El negativo es mejor no revelarlo de forma artesanal, por razones que ya explicaremos.
Este rodaje estaba planificado en dos días: el último sábado de septiembre por la mañana para la playa; y el domingo por la mañana, para INDITEX e interiores. 
GAJES DEL OFICIO
Terminada las filmaciones del sábado, cuando uno ya pensaba que sólo quedaba lo mas sencillo del domingo, ¡descubrió con horror que el cartucho de la Naútica no había avanzado en absoluto! ¡¡¡Todas las tomas submarinas se habían perdido!!! 
Por otra parte, el story board, como uno andaba a todo (filmando, cambiando los rollos, filtros, cargando, conduciendo, etc), ¡me quedó olvidado en el bolsillo del bañador!: menos mal que la tinta no se corrió y, cuidadosamente despegadas las hojas por Marcos, lo dejamos a secar en el coche con muy buenos resultados. 
Fue imposible repetir las tomas el domingo pues, en este endiablado clima gallego, amaneció lloviendo (lo cual también nos aguó alguna toma en INDITEX): tuvimos que esperar hasta el martes, ya sin socorristas en la playa, ¡y con el agua congelada!, a 2 grados menos que el sábado.
El metraje se envió a revelar a Alemania, a Andec, pero, en Correos, al hacer hincapié uno que se trataba de película con imagen latente y que no se podría inspeccionar por Rayos Roentgen ¡fuí obligado a abrir el paquete!, para su control visual: me facilitaron un sobre de los de apertura sin rotura. Ahora, estoy temblando con el hecho de que algún cartero curioso no eche a perder parte del material. 
Moraleja: en cine, para envíos internacionales, no queda otra que confiar en DHL, la única firma que sabe que es lo que se trae entre manos; DHL sabe que las películas ni se pueden inspeccionar con Rayos X ni mucho menos abrir sus latas o envases. El problema es que es mucho mas cara que Correos (aunque también mas veloz).
La anécdota de la jornada es que, al detenernos a tomar un café, resultó que el local era de mi amigo de la infancia Marcos Meléndrez (uno de los cantantes de Los Doré) ¡a quien no veía desde hace cuarenta años!
Pero lo mas gracioso de toda esta historia es ver mi aspecto para las tomas submarinas; como tengo cinco dioptrías, ¡tuve que colocar mis gafas graduadas sobre las de buceo!, con este terrorífico aspecto: 

  

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